COSMÉTICA VEGANA Y CRUELTY FREE, ¿QUÉ HAY DE CIERTO?

En esta vigésimo primera entrega del podcast te hablo de la cosmética vegana y de la cosmética cruelty free (pues no siempre es lo mismo) e intentaré aclarar algunos conceptos gracias a una mini investigación que he realizado al respecto. Escucha el episodio pinchando en este enlace.

Te daré mi opinión respecto a algunas prácticas que estamos llevando a cabo en cosmética natural que, no solamente se hacen llamar veganas cuando, bajo mi criterio, no lo son, sino que además están contribuyendo a la destrucción del planeta. Porque sí, querida, porque tenemos que tener en cuenta que, el hecho de ser vegano, no significa necesariamente que sea respetuoso con el entorno y con los animales.

Reglamentación europea en materia de productos cosméticos

Pero primero quiero empezar hablando de la reglamentación en cuanto a la producción y legalización de cosméticos, de la cual ya te hablé en el capítulo anterior, en el episodio 20.  Ahí te hacía mención al reglamento europeo que marca las bases en materia de legalización de productos cosméticos, con el objetivo de tener un mayor control y registro y proteger la salud de los consumidores. Sin embargo, te diré que, ni este reglamento, ni las consecuentes leyes por parte de los estados miembros -en mi caso, España- acaban de dejar clara la regulación en cuanto a la cosmética natural y ecológica, y mucho menos aún, la cosmética vegana.

El vacío legal respecto a la cosmética vegana

Este vacío legal les tiene que tocar mucho las narices a aquellos productores de cosméticos que quieren hacer bien las cosas porque, incluso yo que me dedico a esto, estoy hecha un lío respecto al tema de sellos y certificadoras. Imagina a alguien que no tenga ni idea al respecto. Lo más probable es que, si a ese alguien le pica la curiosidad de apostar por un uso de cosméticos más sostenible, respetuoso y natural, acabe topando con el greenwashing de las grandes marcas, a quienes se les agranda la boca con el término “natural”. Estas empresas cuentan con potentes departamentos de marketing, habilidosos en diseñar unos llamativos packagins marrones y verdes, cargados de plantas brotando y de harmoniosa naturaleza. Muchos de estos productos contienen productos tóxicos, los cuales ya han sido denunciados en algunos estudios por ser peligrosos tanto para el medio ambiente como para la salud humana. Y sí, esos productos de los que te hablo pueden permitirse la licencia de poner NATURAL en grande y en negrita, solo porque han añadido un pequeño porcentaje de aloe vera o de un aceite vegetal.

Como podrás imaginar, los productores de cosméticos naturales, ecológicos, o veganos, se ven desprovistos de una normativa de producción que unifique criterios y les permita diferenciarse de la cosmética convencional (la no natural). Estas marcas están luchando constantemente por proporcionar a los consumidores informaciones veraces.

Ecocert-Cosmos

Al no contar con una normativa específica por parte de la unión europea que les proteja, algunos productores se asociaron para crear sus propios sellos de certificación. Uno de los más conocidos en España es el francés Cosmos-Ecocert. Sin embargo, lo triste es que haya que pagar por ello, claro está. Muchas pequeñas marcas que hacen muy buenos cosméticos naturales no pueden pagarse el sello y, en un mercado de tiburones, acaban teniendo que competir con productos de grandes marcas de cosmética convencional de muy dudosa calidad pero con un excelente greenwashing, que de verde tiene solo el embalaje.

Volviendo a Cosmos-Ecocert, para que esta certificadora otorgue el sello de “cosmética natural” a un producto éste tiene que contener un mínimo de 95% de ingredientes de origen natural (aquí se incluyen la miel, la lanolina, la cera de abejas, leches…). Es decir, son productos de origen animal, pero de animales vivos. Además, al ser certificados por ECOCERT, la certificadora también regula  y controla la producción de los mismos para asegurar el bienestar animal durante el proceso.

Análisis de la cosmética vegana

Dicho esto tenemos que preguntarnos: ¿la cosmética natural es vegana?

Como has podido determinar, la respuesta es no, precisamente porque incluye ingredientes que producen animales, aunque no haya animales dentro. Podríamos decir que se trata de una cosmética ovolacteovegetariana en la que, si es Cosmos-Ecocert la empresa que la certifica, nos aseguramos de que la producción de los ingredientes de origen animal está vigilada para asegurar su bienestar.

La primera conclusión es que la cosmética natural, hablo aquí de la certificada como tal, no es siempre vegana, aunque sí bastante respetuosa con los animales y no contiene animales muertos, aunque sí admite productos producidos por animales.

Pero, ¿y si le damos la vuelta al asunto? Es decir, que un cosmético sea vegano, ¿significa que es un cosmético natural? Desgraciadamente tampoco. Y aquí el tema empieza un poco a chirriar. Por ejemplo, imaginemos un champú realizado a partir de siliconas y otros derivados del petróleo, pero que no contiene ningún tipo de producto de origen animal, ya sea vivo o muerto. Para mi sorpresa, ese cosmético podría anunciarse como vegano a pesar de que su escasa biodegradabilidad pudiera afectar al medio marino, y ser incluso letal para algunas especies.
Tengo otro ejemplo que hace unos días compartí en las redes: el uso de la glicerina vegetal que suele realizarse a partir de grasas vegetales de coco o de palma. ¿Te suena la movida del aceite de palma? Pues entonces sabrás que su cultivo es de todo menos ético. O si no que se lo pregunten a los orangutanes que se están extinguiendo por haber perdido su hábitat. Una vez mas me sorprende que una marca que utilice un tipo de glicerina similar pueda añadir el sello “vegan” en su packaging.

Para evitar este uso indebido de la palabra “vegano” existe una certificadora que habréis visto en muchos embalajes que consiste en una V con un brote verte en un extremo (v-label.com). Para esta certificadora, y os leo textualmente el extracto de su web, los productos veganos son “los alimentos y otros productos que no contienen animales o partes de animales. Para ser veganos, los alimentos y otros productos no deben ser creados con la ayuda de animales vivos o productos derivados de animales. Esto tiene en cuenta todas las etapas de producción y procesamiento.” No se admiten productos OMG, ni huevos, ni miel, ni productos lácteos, ni cera animal, ni colorantes hechos con productos animales, como las famosas cochinillas, que confieren el color rojo a las barras de labios. Tampoco se admiten sustancias portadoras o aditivos de origen animal, ni productos clarificados con sustancias de origen animal (p.ej. clara de huevo).

Ya ves que en la descripción no se hace mención a las consecuencias (sí de las etapas) que pueda tener la producción de algunos productos sobre el medio y los animales, lo cual me conduce a la segunda conclusión:

Segunda conclusión: no siempre lo vegano es sinónimo de respetuoso con los animales.

Otro detalle en referencia al sello VEGAN, es que, no he visto ninguna prohibición respecto al uso de aceites y grasas minerales y todos los derivados del petróleo en general utilizados en cosmética, de poca biodegradabilidad, dudosa toxicidad sobre nuestro organismo y contaminante para el medio marino.

Tercera conclusión: puedo determinar que el sello VEGANO no es sinónimo de cosmética natural.

¿El sello de vegano es sinónimo de CRUELTY FREE?

Las certificaciones veganas prohíben ingredientes de origen animal y por supuesto los testeos finales en animales. Respecto a los insumos para fabricar el cosmético -las materias primas- tampoco deben haber sido testeados en animales. Por otro lado, existen también las certificaciones cruelty free (el famoso conejito en los embalajes) para demostrar que ni el producto ni sus componentes han sido testeados en animales, sin embargo no tienen restricciones sobre el uso de ingredientes de origen animal; es decir, es muy común encontrar productos certificados cruelty free que sí contienen insumos de origen animal, como por ejemplo glicerina, cera de abejas o keratina, por nombrar algunos.

No obstante, en Europa, desde el 2013, se prohibió vender cosméticos que hubiesen sido testados en animales. Antes de eso, había muy pocas marcas que comercializaban productos que no se hubiesen testado. Un ejemplo de ello es The body shop. Si embargo, hoy en día sería ilegal, con lo cual, si te encuentras con algún tipo de sello indicando que no se ha testado en animales, es una tautología tan grande como decirte que el sol saldrá mañana por la mañana. El sello “Cruelty free” es un reclamo poco ético que usan algunas marcas aprovechando el desconocimiento del consumidor. Lamentablemente, en la mayoría de países del mundo fuera de Europa y Estados Unidos, la práctica del testeo de cosméticos sobre animales está todavía vigente. Sé que algunos países ya tienen propuestas legislativas sobre la mesa, pero veo que queda muchísimo trabajo por hacer.

Existe una asociación, PETA, que tiene publicada una lista de compañías que todavía practican test en animales.

Cuarta conclusión: el sello no testado en animales no aporta nada nuevo, pues está prohibido por ley para todas las marcas y tampoco es sinónimo de vegano.

¿La cosmética bio, orgánica o ecológica es siempre vegana?

La terminología es distinta dependiendo del país. En Europa nos remitimos de nuevo al sello Cosmos-Ecocert para determinar qué es cosmética ecológica. Una de las diferencias entre los criterios para determinar qué es cosmética natural y qué es cosmética ecológica es que como mínimo un 20% de los ingredientes sean ecológicos, y un 10% si se trata de productos que se enjuagan. Y sí, la certificación ecológica también admite productos animales (derivados de los animales vivos), pero con ciertas restricciones, como te comentaba en el caso de la cosmética natural: sólo se autorizan aquellos que provienen de animales que no estén en las listas de especies protegidas o peligrosas. Además, la extracción de estos ingredientes no debe producir un desequilibrio ecológico y tienen que ser sustancias que no tengan un equivalente idéntico en el mundo vegetal. Tampoco se autorizarán si, para su extracción, producen estrés, sufrimiento o la muerte del animal. Deben ser obtenidos por procesos físicos o químicos controlados por la certificadora.

Quinta conclusión: el sello de cosmética ecológica, tampoco garantiza que los productos sean veganos, aunque sí el respeto a los animales en la producción de los productos derivados que puedan contener.

Si eres vegana o vegano, en mi opinión deberías ser muy cuidadosa a la hora de comprar tus cosméticos o aprender a preparártelos tú misma, por ejemplo, con alguna de mis propuestas de la web www.cosmeticadetrincheras.com. De este modo, podrás controlar verdaderamente los ingredientes que contiene. Si te da demasiada pereza, intenta que el cosmético contenga siempre el sello ECOCERT-COSMOS y luego sé meticulosa a la hora de leer el INCI para asegurarte de que, efectivamente, no contiene ningún producto de origen animal, como miel, cera de abejas, etc. Evita también los ingredientes demasiado controvertidos, como la grasa de palma, aunque no siempre puedes controlarlos, ya que otros ingredientes que pueda contener la propia fórmula -sobre todo, tensioactivos o glicerinas- pueden estar realizados a partir de grasa de palma . No es tarea fácil, pero no es imposible.

Si esta información te ha resultado útil, no dudes en compartirla a quien pudiera interesar y seguirme en las redes si te apetece. En Instagram me encontrarás como cosmética de trincheras. Aprovecho para desearte feliz navidad si es que tu religión o tu cultura te lleva a celebrarla.

Abrazos, salud y potingues.

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2 Comments
  • Pingback:Mujeres emprendedoras en cosmética natural
    Posted at 15:59h, 08 marzo Responder

    […] vez son más las personas que requieren que sus cosméticos no hayan sido testados en animales, aunque, ojo, que en Europa ya sabemos que eso fue prohibido hace un tiempo, pero no acaba de estar […]

  • Pingback:¿Son tóxicos los tensioactivos SCI y BTMS?
    Posted at 15:52h, 21 marzo Responder

    […] ninguno de estos dos ingredientes está aceptado por la certificadora ECOCERT-COSMOS, esto despierta sospechas respecto a su posible toxicidad y total biodegradabilidad. Además, el […]

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