Soy Esther 

y dicen que me explico bien.

 

Me apetece contagiarte y hacer que la cosmética natural casera te entusiasme tanto o más que a mí.

El caso es que me enamoré tanto de este mundo que, poco a poco, me fui empapando de conocimiento.  Empecé como tú en esto, es decir, desde cero. Ahora soy experta universitaria en Dermofarmacia y Formulación Cosmética, Aromaterapeuta y técnica superior en Dermocosmética. 

Me gusta apostar por un consumo responsable y consciente que, por encima de todo, nos respete a nosotras y al entorno. Estoy enamorada de la palabra «natural» y prefiero llamar a las cremas “arrugas bonitas” antes que “antiarrugas”. Por eso creé una Escuela de Viejas.

 

Pon a prueba tu genialidad potinguera

 

En 2019 creé este blog, en el que comparto gratuitamente recetas y trucos de cosmética casera. Tanto si estás empezando como si no, podrás ayudarte con las fórmulas sencillas que aquí encontrarás. Puedes igualmente visitar mi canal de Youtube. 

Ni te imaginas lo que eres capaz de hacer

 

En mi escuela online puedes aprender paso a a paso cosmética natural casera, ayudándote de mis e-books y de los cursos en línea que pongo a tu disposición. 

Te prometo que vas a sorprenderte a ti misma y a los que te rodean cuando veas lo que eres capaz de hacer con tus manos, un poco de conocimiento y creatividad: cremas, maquillajes, perfumes, desodorantes, champús, acondicionadores… todo, todito, todo podrás prepararlo a partir de ahora con ingredientes naturales y escogidos por ti.

Valores de Cosmética de trincheras

Con nuestra piel y nuestro entorno, basada en productos naturalesEn la medida de lo posible, me gusta utilizar productos de proximidad. No obstante, en muchas recetas he dejado enlaces que van directos a mi cuenta de afiliadas de Amazon. Suelen ser productos más difíciles de conseguir en el pequeño comercio, pero siempre invito a todo el mundo a que pasee por su barrio y pregunte, que eso es gratis. Te sorprenderá la cantidad de cosas que puedes encontrar en un herbolario.

No creo que toda la química sea perjudicial, al igual que tampoco es inocuo todo lo que encontramos en la naturaleza. Las grandes corporaciones se han hecho eco del término “natural”, cuyo uso se ha desvirtuado en los últimos años.

Creo que, como consumidoras, tenemos derecho a disponer de más información sobre las consecuencias de la aplicación prolongada de muchos productos cosméticos, tanto para nuestro organismo como para el medio ambiente.

Los ingredientes (materias primas) deben ser lo más accesibles y asequibles posible, para poder consumir la cosmética que más se adapte a nuestras exigencias, y no sucumbir a los caprichos de las grandes marcas, ni a modas. Invito a la liberación de este yugo a través del aprendizaje de la cosmética casera. Con esto, podremos disponer de cosméticos naturales, sanos y más baratos.   

No soy partidaria de las definiciones tóxicas como “antiedad” o “antiarrugas”. Me gusta utilizar la cosmética para envejecer mejor; para que nuestra piel luzca más sana y lustrosa. Ello es posible también con arrugas. Este tipo de definiciones corresponden a marcos mentales marcados por las estructuras de poder patriarcales, que no hacen sino crear presiones estéticas sobre las mujeres.

Divulgar la cosmética natural con un lenguaje sencillo, al alcance de todo el mundo y sin tecnicismos, de modo que cualquier persona interesada en indagar en este sector pueda hacerlo sin necesidad de formación previa.