Descubrí que no necesitaba comprar cosmética de lujo… porque podía crearla yo misma. Ahora, te enseño a hacerlo a ti.
Mi pasión por la cosmética comenzó como la de muchas: probando productos caros, dejándome llevar por las promesas de las grandes marcas y creyendo que la calidad solo venía con etiquetas doradas.
Hasta que un día decidí cuestionarlo todo.
Con una batidora, algunos aceites, emulsionantes y muchas ganas de experimentar, empecé a formular en casa mis propios serums, cremas, champús y mucho más. Lo que descubrí fue transformador:
👉 La cosmética realmente eficaz no está en las estanterías de lujo. Está en tus manos, si sabes cómo crearla.
El caso es que me enamoré tanto de este mundo que, poco a poco, me fui empapando de conocimiento. Empecé como tú en esto, es decir, desde cero. Ahora soy experta universitaria en Dermofarmacia y Formulación Cosmética, Aromaterapeuta y técnica superior en Dermocosmética. Así nació Cosmética de Trincheras, esta escuela online pensada para personas como tú: curiosas, inconformistas y listas para tomar el control de su cuidado personal.
Aquí no solo aprenderás a hacer cosmética natural casera.
Aprenderás a formular productos de alta calidad, adaptados a tu piel, a tu cabello, y sin depender nunca más de lo que dicte la industria.
🔹 Fórmulas profesionales, explicadas paso a paso.
🔹 Ingredientes accesibles, resultados premium.
🔹 Desde tu cocina… al nivel de las grandes marcas (o mejor).
¿Lista para pasar de consumidora a formuladora?
En mi escuela online puedes aprender paso a a paso cosmética natural casera, ayudándote de mis e-books y de los cursos en línea que pongo a tu disposición.
Te prometo que vas a sorprenderte a ti misma y a los que te rodean cuando veas lo que eres capaz de hacer con tus manos, un poco de conocimiento y creatividad: cremas, maquillajes, perfumes, desodorantes, champús, acondicionadores… todo, todito, todo podrás prepararlo a partir de ahora con ingredientes naturales y escogidos por ti.
Con nuestra piel y nuestro entorno, basada en productos naturales. En la medida de lo posible, me gusta utilizar productos de proximidad. No obstante, en muchas recetas he dejado enlaces que van directos a mi cuenta de afiliadas de Amazon. Suelen ser productos más difíciles de conseguir en el pequeño comercio, pero siempre invito a todo el mundo a que pasee por su barrio y pregunte, que eso es gratis. Te sorprenderá la cantidad de cosas que puedes encontrar en un herbolario.
No creo que toda la química sea perjudicial, al igual que tampoco es inocuo todo lo que encontramos en la naturaleza. Las grandes corporaciones se han hecho eco del término “natural”, cuyo uso se ha desvirtuado en los últimos años.
Creo que, como consumidoras, tenemos derecho a disponer de más información sobre las consecuencias de la aplicación prolongada de muchos productos cosméticos, tanto para nuestro organismo como para el medio ambiente.
Los ingredientes (materias primas) deben ser lo más accesibles y asequibles posible, para poder consumir la cosmética que más se adapte a nuestras exigencias, y no sucumbir a los caprichos de las grandes marcas, ni a modas. Invito a la liberación de este yugo a través del aprendizaje de la cosmética casera. Con esto, podremos disponer de cosméticos naturales, sanos y más baratos.
No soy partidaria de las definiciones tóxicas como “antiedad” o “antiarrugas”. Me gusta utilizar la cosmética para envejecer mejor; para que nuestra piel luzca más sana y lustrosa. Ello es posible también con arrugas. Este tipo de definiciones corresponden a marcos mentales marcados por las estructuras de poder patriarcales, que no hacen sino crear presiones estéticas sobre las mujeres.
Divulgar la cosmética natural con un lenguaje sencillo, al alcance de todo el mundo y sin tecnicismos, de modo que cualquier persona interesada en indagar en este sector pueda hacerlo sin necesidad de formación previa.