Si hay una receta que busca mucha gente en mi blog es la del champú casero sin tensioactivos. Al menos, eso es lo que me chivan las estadísticas de Google. El caso es que parece ser que existe cierta reticencia en el uso de tensioactivos, intuyo que por dos razones:
- Para evitar el uso de sulfatos (tensioactivos aniónicos), que resecan en exceso el cabello y la piel, pudiendo causar problemas en el cuero cabelludo e irritarlo. En el mundo curly cada vez está más en boga eliminarlos por completo de la rutina de lavado. Puedes adquirir mi curso Alimenta tus rizos para aprender a preparar tus propios productos, rutinas y diagnósticos capilares y experimentar una auténtica transformación de tu cabello.
- Para evitar el uso de otros tensioactivos más suaves, como el SCI, cuya inocuidad para nuestra salud y biodegradabilidad están siendo cuestionadas. Escucha aquí el episodio del podcast sobre el SCI.
Hasta ahora, he realizado diversas fórmulas de champús sin tensioactivos a base de polvos de plantas con agentes limpiadores, como el shikakai, las nueces de lavado o la saponaria, y de arcillas. Sin embargo, nunca se me había ocurrido hacer un champú a base de glicerina.
Lo cierto es que tenía la idea equivocada de que los jabones de glicerina estaban formulados para las manos o el cuerpo, pero no para el cabello. Me imaginaba lavándome el pelo con una de esas pastillas y dejarlo más seco que la mojama. Pero nada más lejos de la realidad. Al final, como cualquier otra fórmula, se trata de ajustar los ingredientes de tal forma que cada uno aporte las propiedades esenciales para obtener un producto óptimo. En este caso, nos toca añadir ingredientes emolientes para evitar que el efecto limpiador sea excesivo, también agentes calmantes para el cuero cabelludo, y acondicionadores, para facilitar el desenredado.
Los jabones de glicerina te permiten crear rápidamente un jabón vistoso mezclándolo con pigmentos y micas. Se preparan con la técnica melt & pour (fundir y verter). Bastará con que compres una barra de glicerina vegetal y cortarla en trocitos. No obstante, hay algo que deberías saber: algunas de estas barras contienen derivados del petróleo, como el propilenglycol, un humectante químico que hace que la barra se mantenga por un largo período de tiempo blanda para que podamos cortarla con más facilidad. La trietanolamina, un corrector de pH sintético, es otro de los aditivos que pueden llevar.
A continuación, te dejo la lista de ingredientes para la elaboración de tu champú:
- 68 g glicerina en barra
- 10 g arcilla blanca
- 3 g gel aloe vera
- 5 g polvo de rosas
- 5 g aceite de argán
- 4 g alcohol cetílico
- 3 g glicerina líquida
- 1 g vitamina E
- 1 g aceite esencial de lavanda
- ácido cítrico para ajustar el pH
Preparación de tu champú casero:
Corta a trocitos pequeños la glicerina. En un bol, calienta al baño maría todos los ingredientes excepto la vitamina E y el aceite esencial.
Cuando se hayan fundido completamente, retira del fuego y espera un minuto hasta que la mezcla entibie antes de añadir la vitamina E y el aceite esencial. Mientras tanto, ajusta el pH con ácido cítrico o ácido láctico hasta llegar a 5,5–6.
Rápidamente, vierte en tu molde preferido y deja que solidifique completamente. A mí me gusta utilizar un molde de silicona con forma de donut, porque así puedo colgarlo con un cordoncillo y siempre estará seco.
Aquí tienes el enlace al molde.
Puedes sustituir el aceite esencial de lavanda por otro que te guste. También puedes sustituir el aceite de argán por otro aceite de tu preferencia.