Los hidroxiácidos en cosmética: alfahidroxiácidos (AHA), betahidroxiácidos (BHA) y polihidroxiácidos (PHA)

En este episodio del podcast vengo a hablarte de unos activos muy utilizados en cosmética natural: los hidroxiácidos. Te resultarán familiares los alfahidroxiácidos (AHA), aunque quizás no tanto los betahidroxiácidos (BHA) o los polihidroxiácidos (PHA). Los hidroxiácidos son unos exfoliantes químicos diseñados para eliminar las células muertas y acelerar el proceso de renovación celular, el cual ya sabes que se ralentiza con la edad.

¿Cómo funciona la renovación celular?

Durante el proceso de renovación celular, las capas más profundas de la piel van produciendo nuevas células y las ya existentes se transforman, aplanándose y emergiendo hacia la superficie hasta perder su núcleo. A medida que vamos sumando años, la renovación celular de la piel, que suele tardar unos 28 días, comienza a tomar más tiempo, de ahí que la piel se vea más apagada y seca, porque se acumulan muchas células muertas en la epidermis, la capa más superficial.

Los tratamientos de exfoliación son una forma de echar un poco de carbón a la máquina para que nuestra piel trabaje desde dentro, ya que además favorece la síntesis del colágeno y la elastina. Con la exfoliación, se reduce el diámetro del grano de la piel de modo que refleja mejor la luz y se ve más brillante. Además, las cremas y tratamientos penetran mejor.

Exfoliación física o química

Existen dos clases de exfoliación: la física o mecánica o química. La primera requiere de ciertos tipos de productos con microgránulos que arrastren a las células muertas (los corneocitos) mediante un movimiento circular. También se pueden realizar exfoliaciones físicas con la ayuda de utensilios específicos, como las esponjas konjac.

En el caso de los exfoliantes químicos, necesitamos de un agente químico ácido que nos ayude a eliminar estas células muertas de la piel o corneocitos. Los corneocitos están unidos entre sí por una especie de pegamento. La manera en la que operan estos exfoliantes químicos, como los hidroxiácidos, es degradando este pegamento intercelular y así facilitar la descamación. Es un procedimiento químico que se regula de forma natural, pero que los hidroxiácidos aceleran debido a la disminución del pH que se genera en nuestra piel. En este ambiente tan ácido, se liberan unas proteínas que degradan los corneodesmosomas (este pegamento que mantiene unidos a los corneocitos).

Tipos de hidroxiácidos

Los alfahidroxiácidos

Como te decía al principio, existen diferentes tipos de hidroxiácidos, aunque en cosmética los que más se conocen son los alfahidroxiácidos o AHA. Los principales AHA son el ácido láctico, el ácido glicólico, el ácido mandélico, el ácido cítrico, el ácido málico y el ácido tartárico. Se trata de unos ácidos solubles en agua, por lo que tendremos que integrarlos en soluciones acuosas. Se recomiendan su uso en pieles con acné, envejecidas o apagadas, así como pieles hiperpigmentadas (los AHA también sirven para unificar el tono de tu piel y hacer desaparecer pequeñas manchitas). Es importante que comiences el tratamiento fuera de las estaciones de mucha radiacion UV, porque estos tratamientos son fotosensibilizantes al dejar a la piel más desprotegida y siempre debes usar fotoprotector. Añade algún AHA a tu crema o serum de noche y lava bien tu cara por la mañana para eliminar cualquier posible resto del producto.

Los betahidroxiácidos

El más común en cosmética es el ácido salicílico. No debe confundirse con el ácido acetilsalicilico, más conocido como Aspirina® . También es un betahidroxiácido el ácido succínico. Los BHA tienen igualmente una función exfoliante y se diferencian de los AHA porque son solubles en aceite y en alcohol, pero no en agua. El ácido salicílico es un gran limpiador si tienes muchos puntos negros. Como cualquiera de los AHA, en una concentración superior al 5% en la fórmula, exfolian la piel y aclaran las manchas… Son muy utilizado en casos de acné, no solo porque limpian los poros, sino por su efecto antibacteriano y antiinflamatorio. En general, podemos afirmar que los BHA actúan mejor sobre pieles grasas. Por otro lado, no dejan la piel tan desprotegida contra la radiación UV como los AHA, pero tienes que seguir usando protección solar.

Los polihidroxiácidos

Son mucho más recomendables en casos de pieles sensibles y muy secas. Como el tamaño de la molécula es mayor, no penetran en las capas más profundas de la piel y actuan solo desde la superficie. En general, cuanto menor sea el tamaño de la partícula y más penetre, más posibilidad de irritación de la piel. Se recomiendan también en casos de acné. Algunos PHA son la gluconolactona que es el polihidroxiácido (PHA) más suave que hay, pues no irrita ni enrojece la piel. También son PHA el ácido lactobiónico y el ácido maltobiónico. Al igual que los BHA, no son tan fotosensibilizantes como los AHA. Se podrían usar como exfoliantes de día, pero siempre con protección solar.

Cómo utilizar los hidroxiácidos

En todos los casos, asegúrate de que no estés utilizando ningún otro tratamiento que pudiera ser incompatible con los hidroxiácidos, por ejemplo, tratamientos con retinol o algunos tratamientos contra el acné especialmente si son a base de peróxido de benzoilo o  isotretinoína (como el famoso Roacutan®). Tampoco combines diferentes tipos de hidroxiácidos sin consultar previamente con un especialista.

En tus formulaciones ten en cuenta si se trata de un AHA o un PHA, que son solubles en agua, o si, por el contrario, es un BHA, que será liposoluble. Además tendrás que trabajar siempre con pH finales muy ácidos, ajustándolos por debajo del 4. Siempre es recomendable comenzar por el mínimo porcentaje e ir aumentando la concentración en tus formulaciones si tu piel lo va tolerando sin problemas. Si aparecieran rojeces, o picores o cualquier tipo de molestia, deberás suspender el tratamiento. Lo ideal es no prolongar los tratamientos por más de 3 meses, pues podríamos acabar irritando nuestra piel al someterla a un pH tan ácido durante tanto tiempo.

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