cosmética ecológica

Aftersun de ginkgo biloba

Cuando vivía en Montpellier fui a un concierto de un grupo bastante desconocido llamado Ginkgobiloba. Era de uno de esos eventos a los que una va sin pretensiones y acaba con un CD bajo el brazo, los ojos chisporroteando y la piel de gallina. El álbum, que se llamaba “Mamacita”, lo tengo aún en casa y todavía me emociona me emociono cada vez más cuando lo escucho.

Por aquellos entonces no tenía ni idea de qué era exactamente el ginkgo. Me sonaba a algo japonés (aunque su origen es chino), pero tenía mucha curiosidad por aquel grupo y me puse a investigar. Resulta que unos militares americanos, en una famosa guerra, lanzaron una bomba que arrasó con la vida de 140.000 personas y de todo ser viviente en la ciudad de Hiroshima. La ciudad, como ya sabéis, quedó completamente destruida. Sin embargo, en menos de un año, comenzó a brotar un ginkgo biloba entre las ruinas de un templo budista que estaba cerca del hipocentro de la explosión. Es por ello, que este árbol ha pasado a ser un símbolo sagrado, que representa la resistencia y la resiliencia. No me digáis que después de esta historia este árbol no tiene algo de mágico.

Desde el punto de vista botánico, es una planta muy poco común. Sus compuestos, los ginkgoloides (un tipo de flavonoides), tienen una estructura que no se encuentra en ningún otro lugar de la naturaleza. Por ello, se le han atribuido, muchas veces con escaso fundamente científico, propiedades casi milagrosas. En general, estos ginkgoloides son conocidos por mejorar la circulación sanguínea. El gingko puede llegar a vivir mil años y, aunque como he indicado, su origen está en China, también podemos verlos crecer en algunas ciudades de España. El otro día, en uno de mis paseos campestres, me encontré con una hilera de ginkgos y me puse la mar de contenta. En fin, que solo puedo decir cosas buenas de esta planta, salvo que nunca sé dónde va la “g” y dónde la “k”.

FUENTE: WIKIPEDIA

Como usos cosméticos, podréis imaginar que, precisamente esos flavonoides sirven para combatir las rojeces de la piel y calmar pieles irritadas. Además, su potente efecto antioxidante es ideal para crear cosméticos “arrugas bonitas” para pieles maduras.

La receta que os enseño a preparar hoy bien puede servir como tónico a base de ginkgo para tratar pieles irritadas, con rosácea o dermatititis. Sin embargo, es muy efectiva como loción aftersun, para calmar la piel tras la exposición al sol y ayudar a su regeneración. Por ello, voy a añadir a la fórmula hamamelis, una planta rica en taninos que ayudará a reparar la piel y a disminuir el fotoenvejecimiento.

Ingredientes:

Preparación:

Comienza elaborando una infusión de ginkgo biloba en proporción 1:10 (10 gramos de planta seca de ginkgo por cada 100 de agua). Luego añade uno a uno el resto de ingredientes. Envasa en un frasco previamente esterilizado. Puedes tenerlo fuera de la nevera unos meses gracias al conservante. Sin embargo, si vas a usarlo como aftersun, te va a ir genial tenerlo en la nevera y aplicártelo fresquito.

Por cierto, hablando de tomar el sol, ¿ya has probado mi receta de protector solar? ¿Y qué me dices del aceite de zanahoria casero?

Fuentes:

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