Tipos de vitamina C en cosmética

Este ha sido el tema del episodio 47 del podcast. Muchas personas me preguntan reiteradamente sobre el tipo de vitamina C que tienen que emplear en sus cosméticos. Sin embargo, hay otras que ni siquiera saben que existen diferentes tipos de este antioxidante. O peor aún. Están utilizando de forma incorrecta cosméticos que contienen esta vitamina en combinación con otros activos que podrían ser contraproducentes.

Probablemente la vitamina más popular

Seguro que cuando eras pequeña la única vitamina que conocías era la del zumo de naranja. Sí, estamos hablando de la vitamina C. Probablemente tu madre te decía que te bebieses corriendo el zumo, antes de que se «perdiesen» las vitaminas. Es cierto que un vaso de zumo de naranja -aunque las naranjas no son las frutas que más vitamina C contienen- aporta el 100% del contenido mínimo de vitamina C que necesita nuestro cuerpo a diario. Sin embargo, los estudios indican que no necesariamente se pierde al cabo de unos pocos minutos, como rezaba la creencia popular. Según una revisión publicada hace poco en la Revista Española de Nutrición Humana y Dietética“para que se produzca una disminución considerable de la vitamina C hay que recurrir a condiciones extremas, como calentar el zumo de naranja a 120º C”, de tal forma que este nutriente se degradaría. Parece ser que la vitamina C podría conservarse a temperatura ambienta hasta 12 horas, aunque déjame decirte que tu zumo no estará igual de rico, ya que pasado un tiempo se vuelve más amargo y pierde su dulzor.

La guerra permanente entre los antioxidantes y los radicales libres

Teniendo en nuestro conocimiento el poder antioxidante de la vitamina C, ¿Cómo iba la industria cosmética no querer integrar este activo tan preciado? Pero antes de nada, aclaremos qué es un antioxidante. Los antioxidantes son sustancias que suelen producirse de forma natural por nuestro organismo o que podemos encontrar en algunos alimentos, como las naranjas, los pimientos, los kiwis… La principal función de los antioxidantes es proteger a nuestras células sanas contra los posibles daños que puedan causar los radicales libres, como la radiación UV, la mala alimentación, el tabaco, un exceso de ejercicio físico, etc.

Ya sabrás que los radicales libres son los responsables del estrés oxidativo de nuestras células sanas lo cual, a la larga, da lugar a múltiples problemas, como envejecimiento prematuro, inflamaciones, pérdida de memoria, incluso enfermedades graves como el cáncer.

Los antioxidantes actúan como escudos. La forma en la que lo hacen es oxidándose ellos primero, en una especie de sacrificio para proteger la vida de las otras células. Por eso, los antioxidantes son tan sensibles a la luz del sol y al calor. Ya sabes que la vitamina C, si la expones al sol se oxidará con mucha facilidad. Tampoco puedes someterla a fuentes de calor. De ahí decimos que los antioxidantes son termosensibles (sensibles al calor) y fotosensibles (sensibles a la luz del sol).

Fotosensible, no fotosensibilizante

La vitamina C es fotosensible. Esto significa que, en contacto con la radiación UV se estropea, porque se oxida. Pero no es fotosensibilizante.  La fotosensibilidad es una reacción en la piel (por lo general pueden aparecer manchitas) que resulta de aplicar un producto fotosensibilizante y exponerse a la radiación ultravioleta . Esto ocurre con ciertos fármacos, como algunos anticonceptivos, pero también con determinados productos naturales, como los aceites esenciales cítricos.

El ácido ascórbico

Hasta hace unos años, la vitamina C estrella era el ácido ascórbico, una forma muy pura de vitamina C (en el inci puedes reconocerlo como Ascorbic acid). Se trata de un ingrediente que se extrae en los laboratorios de algunos cítricos. Es soluble en agua, ya que la hidrosolubilidad es una característica de esta vitamina.

El ácido ascórbico, como indica su nombre, tiene un pH ácido, y necesita estar en un rango de pH entre 3 y 4 para actuar. De lo contrario, se degrada. Por ello, tenemos que tener muy presente no mezclar (ya sea en una fórmula, o combinando diferentes cosméticos) el ácido ascórbico con ingredientes de pH superior.

La combinación de ácido ascórbico y niacinamida

Dos activos muy utilizados para el tratamiento del acné o tratamientos despigmentantes son la vitamina C y la niacinamida (vitamina B3). Sin embargo, si utilizamos en la fórmula ambos activos juntos, vamos a tirar el dinero. La combinación de ambos podría llegar a irritar tu piel por la descomposición de la niacinamida. Además, se neutralizarían y se desactivarían mutuamente, porque la niacinamida requiere un pH de entre 5-7  el ácido ascórbico de entre 3-4.

Glucósido de ascorbilo

Muchas veces nos apetecería aplicar ácido ascórbico y beneficiarnos de sus maravillosas propiedades en los cosméticos, pero no necesariamente cada día debemos aplicar un cosmético tan ácido en la piel, pues acabaría irritándola al cabo de un tiempo. Por ello la ciencia ha inventado una vitamina C estable: el Ascorbyl Glucoside o glucósido de ascorbilo. Se trata de una forma muy estable de vitamina C para uso cosmético, que se puede trabajar a un pH acorde con el de nuestra piel, de 5-5,5, y no tan bajo como el anterior ácido ascórbico. 

Aunque se obtiene en laboratorio por biotecnología es admitido por certificadoras de cosmética natural como Ecocert. Además, la pueden usar personas muy sensibles a la vitamina C (las cuales presentan reacciones al ácido ascórbico). Al no ser fotosensible, se puede emplear incluso en protectores solares, porque actúa protegiéndonos de la radiación UV, pero sin oxidarse. Puede soportar temperaturas de hasta 60ºC.

Palmitato de ascorbilo

Aquí es cuando llega el redoble de tambores. Te he dicho que tanto la vitamina C en su versión más estable, como la vitamina C más genuina (el ácido ascórbico), son solubles en agua. Pues bien, tenemos una tercera vitamina C que ha diseñado la industria cosmética y que es soluble en aceite y alcohol. Se trata del palmitato de ascorbilo (Ascorbil Palmitate). También es altamente estable, puedes calentarlo y no se oxida con el sol. Es perfecto si lo que quieres es hacerte, por ejemplo, un serum oleoso, al que no puedes agregar vitamina C hidrosoluble. Fantástico descubrimiento ¿no es así?


Por último, no debes olvidar que todas las formas de vitamina C que te he indicado funcionan mucho mejor si las combinas con vitamina E, que también es un gran antioxidante. Ambas vitaminas promueven la síntesis de colágeno y actuarán en sinergia para mejorar las propiedades de tus cosméticos.

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