Tipos de cosméticos

¿Sabes en qué se diferencia una loción de un serum? ¿y un ungüento de una crema?

Escucha el episodio pinchando este enlace o léeme aquí abajo.

En esta vigésimo primera entrega de mi podcast te hablaré de los distintos tipos de cosméticos que existen en el mercado en función de su formato porque, muchas veces usamos una terminología incorrecta y la transparencia que me gusta tanto en la vida y también en la cosmética empieza por el lenguaje adecuado.

Empecemos por lo más sencillo:

Lociones

La palabra loción deriva del latín, lotio, lotionis, que mucho antes era lautio, lavatio, que significaba lavar o los productos que se empleaban para hacer un lavado

Se trata de soluciones acuosas que pueden contener o no alcohol y que tienen diferentes finalidades. Se pueden utilizar lociones para la cara y también para resto del cuerpo, los pies o el cuero cabelludo.

Como te comentaba, tienen una base acuosa o hidroalcohólica (combinación de agua y alcohol) que no es más que una mezcla de productos solubles en agua. No suelen contener aceites, mantecas o ceras y, si lo hacen, es en muy escasa proporción. En cosmética natural, suelen contener extractos de plantas, glicerina, aceites esenciales y algunos activos para tratar problemas muy concretos, como la alopecia, la piel irritada después del afeitado, el acné o la dermatitis.

El tónico facial

Una de las lociones que más se utiliza es el tónico facial. Se trata de una mezcla de productos solubles en agua. Los tónicos no llevan tensioactivos ni aceites, ni necesitan contener muchos principios activos. La palabra tónico, deriva del griego tonikòs, “relajado”, y precisamente su función es la de relajar la piel después de la limpieza y prepararla para la crema.

¿Te queda claro qué es una loción? Pues vayamos ahora con los ungüentos

Un ungüento es una pomada. Anteriormente, esta palabra tenía un uso meramente medicinal, porque se trataba de preparados farmacéuticos que utilizaban las grasas y aceites como excipientes, es decir, vehículos para hacer penetrar principios activos en nuestro organismo. Proviene del latín unguere, que significa untar. Los antiguos ungüentarios medievales preparaban ungüentos bajo petición de los médicos. Por ello se les conoce como los precursores de los farmacéuticos.

Los ungüentos son anhidros, es decir, que no contienen agua, y esa característica les diferencia de las cremas o emulsiones. A estas grasas podemos añadir principios activos en función del problema a corregir y devolver a nuestra piel su estado natural.

¿Cosméticos o medicamentos?

En cosmética natural, podemos utilizar ungüentos para mejorar el aspecto de nuestra piel o corregir pequeños problemas, pero recuerda que no preparamos medicamentos, aunque muchos de nuestros cosméticos contengan propiedades curativas de por sí, ya que utilizamos extractos de plantas medicinales. La mayoría de los ungüentos farmacéuticos se preparan con grasas minerales derivadas del petróleo, como la parafina. También se preparan con bases de lanolina, aunque parece ser que están habiendo muchas reacciones alérgicas. Nosotras, en cosmética natural, nos decantaremos por grasas vegetales muy afines a la composición de nuestra piel.

¿Qué es un sérum?

Se trata de un anglicismo y significa suero. Normalmente, tiene una textura más fluida que la crema. Puede ser una emulsión, una base de aceite o acuosa. Pero la diferencia del sérum con cualquier otro producto es su alto contenido en principios activos. Pueden usarse en el rostro o en el cabello (cuero cabelludo o hebra) y sirven para tratar problemas muy concretos.

Una crema puede contener hasta un 10% de activos, pero un sérum más de del 30% de su formulación. Podemos encontrar sérums reparadores de puntas abiertas, sérums anticaída, sérums faciales con vitamina C, iluminadores, antiarrugas, aclaradores de manchas, etc.

En su composición hay básicamente un ingrediente que actúa como excipiente, transportando la gran cantidad de principios activos a nuestro organismo con un alto poder de absorción para no perder ninguna de las propiedades de los activos. Al tener tanta cantidad de principios activos, no se recomienda que su uso se extienda demasiado en el tiempo. De hecho, podríamos saturar nuestra piel si aplicamos dosis superiores. Para que no nos pasemos con las cantidades, suelen presentarse en cuentagotas.

No sé exactamente por qué se le denomina suero. Hay muchos tipos de suero, el que se inyecta en la sangre que es una solución de agua y sal y el suero lácteo que es el líquido que se separa de la coagulación de la leche. Como te digo, desconozco de qué viene y si simplemente le han dado ese nombre por su textura similar a la del suero de la leche más que por su composición.

Por otro lado, y aunque no sea el objetivo del episodio de hoy, porque no quería hablar de funcionalidades, muchas veces nos hacemos la pregunta de si un sérum es necesario o no. La respuesta, y esta es solo mi humilde opinión basada en la idea que tengo del uso de la cosmética en general, es que será necesario solo en casos en los que sea necesario. Te lo he aclarado, ¿verdad? Ya conoces el marketing que hay detrás de la poderosísima industria cosmética y no tienes que dejarte engañar ni vaciar tus bolsillos comprando productos que no necesitas. Si no tienes arrugas, no te compres un sérum antiarrugas. Mantén a tu piel correctamente hidratada y dale lo que pida, pero no hace falta empacharla. Si tienes una piel equilibrada, no la desequilibres con productos que ni siquiera te ha pedido. Una piel normal necesita limpieza e hidratación, eso es todo.

Emulsiones

En esta categoría nos vamos a encontrar con la mayoría de productos de higiene y cosmética que hay en el mercado. Ya sabrás que una emulsión es la unión de dos líquidos previamente inmiscibles, que se repelen entre sí, como son el agua y el aceite. Cuando a esos dos líquidos, o en terminología química serían la fase acuosa y la fase oleosa, les aplicamos un agente emulsionante, conseguimos realizar una emulsión. Estas emulsiones se traducen en un sinfín de productos cosméticos: cremas, leches corporales, bases de maquillaje, protectores solares, leches limpiadoras, geles de ducha, champús, fijadores de peinado…

Geles

Podemos encontrar en el mercado productos con textura de gel, como por ejemplo, geles refrescantes para las piernas, geles para peinado, gominas, etc. Estos geles suelen estar formulados con una sola fase (no siempre) normalmente acuosa, y se les añade un agente espesante como gomas derivadas de la celulosa que producen mucha viscosidad. Pueden contener otros ingredientes dispersos que quedan en suspensión dentro del preparado para enriquecer la fórmula.

Una característica que me fascina de los geles es que su viscosidad se rompe al recibir una presión externa (la de nuestros dedos esparciendo la mezcla) y ésta se vuelve fluida para su extensibilidad y absorción.

Polvos

Suelen ser estar compuestos por ingredientes sólidos molidos muy finamente. Pueden ser plantas que se han deshidratado previamente y molido, de las cuales queremos aprovechar sus propiedades pigmentantes, calmantes, desodorantes, etc. Estas se mezclan con otros minerales o almidones formando un producto final que son polvos compactos o sueltos.

Para obtener polvos compactos tenemos que añadir a la fórmula un agente compactante, que puede ser un aceite y luego son envasados a presión. Se utilizan polvos para preparar coloretes, bases de maquillaje, sombras de ojos, pero también para champús en polvo, desodorante en polvo, pasta de dientes en polvo, y seguro que otros muchos productos que aún desconozco.

Cosméticos sólidos

Los que están más de moda porque están haciendo que economicemos muchos envases y espacio en el transporte, lo cual se traduce en una menor huella de carbono. Al no contener agua, que es el principal ingrediente en la mayoría de cosméticos, los productos quedan reducidos en tamaño, lo cual los hace muy transportables y versátiles. El truco para preparar este tipo de cosméticos en forma de barra es no utilizar (o hacerlo en un porcentaje muy reducido de la fórmula) líquidos, ya sea agua o aceites. Los ingredientes principales son ceras, mantecas y polvos de minerales, almidones, harinas o plantas.

Podría haber hecho otro tipo de clasificaciones, por ejemplo, en función de su contenido de agua, en función de para qué se aplican, en fin, que ya ves que el episodio aún da para mucho más y quién sabe si podrá ser contenido para otro más. Ha llegado el fin de este año, probablemente uno de los años con más cambios en mi vida. Cambio de vivienda, de objetivos profesionales y vitales, porque para mí la profesión está cada vez más íntimamente ligada a mi propósito vital. La palabra propósito ha tomado mucha importancia. Ha sido un concepto que ha revolucionado mi vida, mi entorno y mi rutina. Me ha llevado a tomar decisiones que nunca antes me hubiera planteado.

Si esta información te ha resultado útil, no dudes en compartirla a quien pudiera interesar y seguirme en las redes si te apetece.

Abrazos, salud y potingues,

Esther

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2 Comments
  • Pingback:Tipos de agua para cosmética - Cosmética de trincheras
    Posted at 11:21h, 31 marzo Responder

    […] contienen una gran cantidad de agua, a veces llegando hasta el 96 % si preparamos aguas micelares o tónicos faciales. Por ello parece evidente preocuparse por buscar un agua de la máxima […]

  • Pingback:Gel micelar casero. El mejor limpiador facial.
    Posted at 18:18h, 27 junio Responder

    […] te recomiendo que comiences a utilizarlo, porque permite ahorrarte el uso del tónico en tu rutina facial. En este caso, me he atrevido a ir un paso más allá y gelificar un agua micelar para conferirle un […]

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